Saturday, February 1, 2014

La candelaria

La Fiesta de Nuestra Señora de la Candelaria o Fiesta en Honor a la Virgen de la Candelaria, es una fiesta popular celebrada por los cristianos, en honor de la Virgen de la Candelaria, advocación mariana aparecida en Tenerife (Islas Canarias), al suroeste de España, a principios del siglo XV. Tiene lugar el 2 de febrero, Día de la Candelaria, y en algunos lugares (Canarias, Campillos, Palencia...) se extiende durante varios días generalmente por ser la patrona del lugar.

Inicialmente la fiesta de la Candelaria o de la Luz tuvo su origen en el Oriente con el nombre del Encuentro, posteriormente se extendió al Occidente en el siglo VI, llegando a celebrarse en Roma con un carácter penitencial.2 Aunque según otros investigadores, esta fiesta tuvo su origen en la antigua Roma, donde la procesión de las candelas formaba parte de la fiesta de las Lupercales. Esta celebración se unió más tarde a la liturgia de la Presentación de Jesús en el Templo, asociada a los cirios, antorchas y candelas encendidas en las manos de los fieles.

Su fiesta se celebra, según el calendario o santoral católico, el 2 de febrero en recuerdo al pasaje bíblico de la Presentación del Niño Jesús en el Templo de Jerusalén (Lc 2;22-39) y la purificación de la Virgen María después del parto, para cumplir la prescripción de la Ley del Antiguo Testamento (Lev 12;1-8).

La fiesta es conocida y celebrada con diversos nombres: la Presentación del Señor, la Purificación de María, la fiesta de la Luz y la fiesta de las Candelas; todos estos nombres expresan el significado de la fiesta. Cristo la Luz del mundo presentada por su Madre en el Templo viene a iluminar a todos como la vela o las candelas, de donde se deriva el nombre de Candelaria.
Tras la aparición de la virgen en Canarias y a su identificación iconográfica con este acontecimiento bíblico, la fiesta empezó a celebrarse con un carácter mariano en el año 1497, cuando el conquistador de Tenerife, Alonso Fernández de Lugo celebró la primera Fiesta de Las Candelas (ya como Virgen María de La Candelaria), coincidiendo con la Fiesta de la Purificación.3 Más tarde esta advocación mariana y su fiesta sería llevada a varias naciones americanas de mano de los emigrantes canarios.

En México, el Día de la Candelaria se acostumbra que, quien obtuvo el niño oculto en la rosca de reyes, haga una fiesta (tradicionalmente basada en tamales y atole, ambos productos de maíz. Esta tradición tiene raíces prehispánicas; en muchos pueblos los habitantes llevan a la iglesia mazorcas para que sean bendecidas a fin de sembrar sus granos en el ciclo agrícola que inicia, pues el 2 de febrero coincide con el undécimo día del primer mes del antiguo calendario azteca, cuando se celebraba a algunos dioses tlaloques, según fray Bernardino de Sahagún. En el centro de México se acostumbra vestir al niño Dios del nacimiento navideño y llevarlo a oír misa, después de lo cual, es colocado en un nicho donde permanecerá el resto del año.

La festividad en honor a la Virgen de la Candelaria venerada en el pueblo de La Candelaria, Coyoacán se ve distinguida por el colorido de sus andas que se remontan a la época prehispánica. Elaboradas con flores naturales sostenidas por una estructura de madera, son su mayor vista de manera folklórica.

Así mismo los habitantes de esta zona, elaboran tapetes de aserrín pintado, lo que marca un alto talento en el manejo de matea, acompañada de salvas de cohetes, castillos multicolores, su tradicional atolada (llamada así por la cantidad de atole de pinole, que es obsequiado a toda la gente para mitigar el frío de la noche) pueblos vecinos que al igual que las comparsas en Europa, realizan caravanas con imágenes religiosas de los pueblos circunvecinos.




La fiesta de La Candelaria es un rito mexicano que comienza en la Navidad, con el nacimiento de Jesús. Muchas familias mexicanas colocaron un Nacimiento en su hogar durante las fiestas decembrinas y comieron Rosca el 6 de enero, en un acto simbólico para recordar el día en que Melchor, Gaspar y Baltazar (los Tres Reyes Magos) ofrecieron oro, mirra e incienso al recién nacido niño Jesús.

Aquellos que en su deliciosa rebanada sacaron al “muñequito” se convierten en los “padrinos del Niño” y tienen que ofrendar tamales el 2 de febrero, día en que según la tradición se “levanta” al Niño Dios del pesebre para "vestirlo" y continuar con la ruta católica que pasa por los Carnavales que se festejarán en marzo, la Cuaresma, el Miércoles de Ceniza, hasta terminar con la Semana Santa.

Todavía en los mercados o en las zonas más tradicionales de México, hay lugares donde "visten" a los Niños Dios como parte de esta fiesta popular. El primer año lo visten de blanco, sin corona ni trono. El segundo ya puede llevar un traje de color y es hasta el tercer año cuando lo visten como Rey, como el Emperador del Universo, y le colocan su corona y su trono porque ya puede realizar milagros.

Como casi todas las fiestas mexicanas, La Candelaria es una mezcla de tradiciones prehispánicas y católicas. Así como se festeja la presentación de Jesús al Templo de Jerusalén, nuestros antepasados conmemoraban el primer día del año azteca en honor a Tláloc, Chalchiuhtlicue y Quetzalcóatl.

Los tamales siempre estuvieron presentes en las ofrendas a los dioses, sobre todo porque están hechos de maíz, el material que los dioses utilizaron para crear al hombre.

Los tamales, alimento que data de la época precolombina y que forma parte de la dieta de los mexicanos, se sirven calientes, habiéndolos de diferentes variedades, tales como: rajas con queso, verdes, mole con pollo o carne de puerco y de dulce. Tradicionalmente se degustan con atole de distintos sabores o café.

En muchas esquinas o entre las calles, principalmente de los barrios populares o clasemedieros de la capital, e incluso de varias ciudades del interior del país, se puede encontrar algún vendedor de tamales. La mayoría de los mexicanos come tamales durante el transcurso del año, pero el Día de la Candelaria respresenta una fecha especial para ello. Después de la misa de bendición del Niño Dios se retorna a casa para celebrar el acontecimiento con tamales y atole.

El fraile español Bernardino de Sahagún, en sus escritos, se refiere a la gran variedad de tamales que se podían encontrar en los mercados de aquel entonces y que, incluso, estaban presentes en los banquetes del emperador Moctezuma. Esta comida tiene mucha influencia azteca. En aquel entonces los tamales los rellenaban con chile dulce, tomate y semillas de zapallo molidas, mezcladas a las carnes de faisanes, codornices y pavos. Los preparaban con semillas de ayote o zapallo molidas, tomate, miel de abejas y caracoles. Para esto utilizaban carnes de xulo o perro mudo, tepezcuintle, chompipe y venado y los envolvían en hojas de plátano o maíz.

Con la llegada de los españoles, se les agregaron ingredientes traídos de Europa, tales como garbanzos, arroz, aceitunas, alcaparras, pasas y ciruelas, Por lo tanto, el tamal preparado en familia es una mezcla entre lo prehispanico y lo español. Sin embargo, hoy día se degustan regularmente ya sean solos o en torta (se utiliza el bolillo o el birote).

Tamales de dulce, verdes y mole, o tamales oaxaqueños...de cuál gusta, pásele joven, güerita, señor, de cuál le damos, pásele..., son algunas de las de las frases con las que vendedores ofrecen su manjar en esta gran metrópoli. Los tamales son antojo de niños, jóvenes y adultos y en cada región del país se elaboran de acuerdo a sus costumbres o preferencias.

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